Con la actitud correcta.
La humildad
«Dos hombres fueron al templo a orar: uno de ellos era fariseo, y el otro era cobrador de impuestos.
Puesto de pie, el fariseo oraba consigo mismo de esta manera: “Dios mío, te doy gracias porque no soy como los demás, que son ladrones, injustos y adúlteros. ¡Ni siquiera soy como este cobrador de impuestos!
Ayuno dos veces a la semana, y doy la décima parte de todo lo que gano.”
Pero el cobrador de impuestos, desde lejos, no se atrevía siquiera a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho y decía: “Dios mío, ten misericordia de mí, porque soy un pecador.”
Yo les digo que éste volvió a su casa justificado, y no el otro. Porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido.»
Luke.18.10-14RVC
Qué es Humildad:
La humildad es una virtud humana atribuida a quien ha desarrollado conciencia de sus propias limitaciones y debilidades, y obra en consecuencia. La humildad es un valor opuesto a la soberbia.
Características de la humildad
En tanto virtud, la humildad reune una serie de características manifiestas en el comportamiento. Algunas de esas características son:
- Comprender la igualdad y dignidad de todos los sujetos;
- Valorar el trabajo y el esfuerzo;
- Reconocer aunque relativizar las virtudes propias;
- Reconocer las propias limitaciones;
- Expresarse con afabilidad;
- Actuar con modestia, sencillez y mesura;
- Percibir las relaciones sociales desde la horizontalidad;
- Escuchar a los demás y tomar en cuenta sus opiniones;
- Respetar genuinamente a los demás.
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Ruego a Dios que tengamos la suficiente humildad para reconocer en que hemos fallado y tener la actitud correcta en el momento de corregirlo, no importando que difícil o incómodo nos pueda parecer.
Seguramente Dios mirará con agrado un corazón constricto y humillado.
Muchas bendiciones!