Él fue quien les dio a unos la capacidad de ser apóstoles; a otros, la de ser profetas; a otros, la de ser evangelistas; y a otros, la de ser pastores y maestros.
Hizo esto para que todos los que formamos la iglesia, que es su cuerpo, estemos capacitados para servir y dar instrucción a los creyentes.
Así seremos un grupo muy unido y llegaremos a tener todo lo que nos falta; seremos perfectos, como lo es Cristo, por conocer al Hijo de Dios y por confiar en él.
Efesios 4:11-13 -TLA
Recientemente estuve viajando a un congreso que se estaba celebrando en una Iglesia en una cuidad lejos de donde resido.
Mi esposo y yo siempre viajamos juntos pero en esta ocasión no pudo ser posible.
Se estaba capacitado a líderes comisionados a servir en diferentes ministerios y aunque mi trabajo no iba a ser allí de todos modos salí con una idea clara de lo que Dios estaba haciendo en ese momento.
Yo no le llamo tiempo perdido si el campo de trabajo que Dios tiene en mi vida no es el que yo en algún momento pensé que sería sino todo lo contrario.
De seguro Dios le da a cada uno según sus capacidades así como el apóstol Pablo indicó en esta carta a los Efesios.
Yo creo que aún en la vida secular Dios interviene en cada persona llevándolos al trabajo o a el sitio indicado en donde se pueda desarrollar.
Oí varios consejos acerca de si debía o no asistir a esa conversación. Pero no fue eso lo que logró convencerme. Debo decir que simplemente quise saber por mi misma si esa era la voluntad de Dios.
Mi intención fue correcta y una iniciativa sana también. Tanto mi mente y mi conciencia esta en paz. No deseo el trabajo de otros ni siquiera estoy orando por lo que Dios le haya dado a otros. Porque Dios reparte según el quiere.
¿Estás buscando trabajo? ¿Quieres que te contraten? Pues entonces estás contratado. Dios está buscando obreros para su mies.
Muchas bendiciones!