Es hecho nuevo.
He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad.
Isaías 43:19 -RVR1960
Hace unos meses atrás visitando una ciudad mi esposo y yo tuvimos un pequeño percance. Salimos rumbo a una playa pensando en pasarla bien e ir a relajarnos.
El sol lucia espectacular. El ambiente acogedor y la playa hermosa. Yo me entré a el agua pero notaba que todos los que estaba allí permanecía en la arena.
Luego de unos minutos salí a tomar un poco de sol. Mi esposo permanecía tomando fotos y luego se zambulló en el agua después de un tiempo se salió.
No pasó mucho tiempo para que me invitara a meternos en el agua a disfrutar de todo aquel hermoso paisaje.
Ya para ese tiempo la playa estaba repleta y tratamos de acomodarnos en un sitio que pudiéramos disfrutar mejor.
De momento sin darnos cuenta caímos en un sitio en donde el agua nos envolvió. Tratamos de salir de allí lo más pronto posible pero había un remolino que no nos dejaba avanzar.
Yo por lo general soy la que podríamos llamar la más “ valiente” de los dos. Pero en ese momento realmente tengo que confesar que sentí un poco de temor.
Gracias a Di-os recibimos ayuda de unas personas que estaban cerca de nosotros. Y así pudimos sobrepasar ese momento de angustia que pasamos.
Realmente después de esa experiencia puedo decir que no veo la vida de la misma manera. Llegué a la cuidad en donde vivo con una perspectiva de la vida y de la gente que me rodea diferente.
En el pasado estuve viviendo en sitios hermosos con gente buena pero debido a haber estado pasado por un problema de Trastorno Depresivo Mayor no pude apreciar ni a la gente ni a los sitios en que me encontraba en ese momento.
Hoy puedo ver los lugares, la gente y la vida de otra manera. Puedo decir que he aprendido a apreciar y ver todo mejor de lo que lo hacía antes.
Saber que la vida es valiosa. Es un regalo que Di-os nos ha dado.
Muchas bendiciones!