
El Señor es mi pastor; nada me falta.
En campos de verdes pastos me hace descansar; me lleva a arroyos de aguas tranquilas.
Me infunde nuevas fuerzas y me guía por el camino correcto, para hacer honor a su nombre.
Aunque deba yo pasar por el valle más sombrío, no temo sufrir daño alguno, porque tú estás conmigo; con tu vara de pastor me infundes nuevo aliento.
Me preparas un banquete a la vista de mis adversarios; derramas perfume sobre mi cabeza y me colmas de bendiciones.
Sé que tu bondad y tu misericordia me acompañarán todos los días de mi vida, y que en tu casa, oh Señor, viviré por largos días.
Salmos 23:1-6 -RVC